DÍA SIN ALCOHOL

UN DÍA SIN ALCOHOL


Un día que solo puede ser un día, o el inicio de todos los días venideros sin alcohol. Reflexionemos sobre este día y comenzarán a surgir distintos enfoques de abordaje del tema, a saber: cuál es la relación de un sujeto con las sustancias: quien domina la relación. Que se esconde tras una adicción. Qué adicciones se mantienen ocultas. Qué adiciones generan adiciones. Etc…
Para hoy, para este día que existe para construir las respuestas, podemos quedarnos en los dos primeros enfoques, ya habrá tiempo para más, y hacer cada uno su propia reflexión.
la relación de un individuo y ¿su sustancia? (generalizar a adicciones sin sustancias), genera, al menos, tres realidades, a saber, una es el individuo en sí mismo, como sujeto activo, individual y único; otra podría ser la adicción como un instante compulsivo y detonante, y, una tercera se genera en la interrelación creada entre ambas realidades, esa danza cargada de rituales que ofrece tanto placer, satisfacción reforzamiento... como el mismo acto de consumo pero que lo transciende y espera: un baile que, paradójicamente, solo satisface a una parte de la pareja. La sustancia no satisface necesidad en la espiral, genera mayor necesidad o necesidad de más, ya sea de la propia sustancia o de rituales asociados y establecidos en el estilo.
Así tenemos que la adicción se satisface a sí misma a través del individuo, dotándote de un protagonismo ingenuo, siendo la persona tan sólo el medio. La voluntad es la voluntad adictiva, de ahí que cuando hablamos de factores se nos olvida cuál es el elemento que los configura, dotándoles de esa finalidad auto-satisfactoria.

¿Todos sabemos qué es una adicción, qué es una dependencia y cual es la diferencia? Queremos exponer, en este día, unas pinceladas, algunas ideas que pueden servirnos para el debate, para la discusión, para la exploración del mundo alcohólico, adictivo. Para la autorreflexión.

A lo largo de los años las personas nos han llevado de la mano por los vericuetos de sus vivencias adictivas y bucear en la relación que existe entre una persona y su droga, y creo que algunas veces lo han logrado y muchas veces nos hemos perdido en el laberinto morboso, y en las verdades aparentes. Nos enseñaron una mentira

Detrás de cada adicción, de cada alcoholismo, entendido como realidad subjetiva o realidad compartida, existe al menos una persona, casi siempre varias personas, que sufre, que existe, que es en el mundo. Detrás de una adicción o poli adicción, como quieran llamarle, puede existir un mundo personal roto, desesperado…
Hay que cuestionarse continuamente si se puede llegar a saber quiénes son ellos, los pacientes y sus entornos, y cuál es el contenido de su mundo y de sus objetivos. Pero sí sabemos que comprender un hecho no es explicarlo, comprender una persona adicta y su comportamiento adictivo no es encontrar la explicación ni del mismo comportamiento ni del momento existencial del sujeto y mucho menos de su globalidad experiencial. Hoy sería un buen día para acercarse a ese conocimiento.
En muchos casos no son, perdón por las generalizaciones, sino descripciones comprensivas en la vivencia del consumo en el continuo en el que se produce. Del momento de sensaciones y estamos emocionales enmascarados en el autoengaño con la sensación de verdadera y de “aquello” que se da ante un deseo insatisfecho y que sólo busca la satisfacción.

Comprender el alcoholismo es comprender el instante, se fija en un momento, y se evidencia en el hecho mismo de que cuando crees tener la solución, la explicación, todo cambia y un sinfín de cuestiones emergen. Debemos comprender a las personas en un continuo cambio, día tras día. Y en la relación, cabe la posibilidad, de llegar a un punto sin retorno más allá del cual no se dispone de autocontrol.
Se llega, se adquiere la condición… de adicto; la adicción se ha adueñado de la persona de su voluntad de ser. Marionetas de feria aparecen donde antes había individuos con emociones, con capacidad para emocionarse, para sentirse: domina la VOLUNTAD ADICTIVA.
En el consumo, en este estado en el que se encuentra la persona, en la realidad alcohólica en la que se halla envuelto, podemos comprobar una dualidad: reafirmar una existencia no experimentada o que se escapa y/o satisface una compulsión, calmar una insatisfacción. La persona es el medio que utiliza la adicción para satisfacerse.

El alcohol va esculpiendo una personalidad a martillazos, a sus propios deseos y caprichos, a golpes de emociones y de sentimientos. La emoción se genera en la misma adicción. Y el morbo en el consumo y en las conductas de rodeo y asociadas.

Y en algún momento, existe un instante que hace que la persona se mueva y SIENTA LA REHABILITACIÓN COMO UNA NECESIDAD, la abstinencia como necesidad, el sentirse, como una y gran necesidad.
Si en el día de hoy, se llega a reflexionar sobre la relación, si todo lo que hacéis os lleva a ver más allá de la adicción, el alcoholismo, os lleva a comprender que una persona es mucho más que su consumo de sustancias, que detrás del consumo de una sustancia o de cualquier trastorno adictivo existen emociones, existen sentimientos, existe un alma que sufre, entonces y solo entonces podremos acompañar al “otro” hacia la salida y poder superar o borrar la frase, el lamento de Neruda y que demasiadas veces aparece: “Sucede que me canso de ser hombre”.

Nosé quien decía:
“EL CAMINO DE LA LIBERTAD NO TIENE RETORNO”

Antonio García Patiño

PSICÓLOGO